http://www.informador.com.mx/cultura/2010/237069/6/modelo-de-salas-de-lectura-cruzara-fronteras.htm
Los principales usuarios de las tres mil 476 salas de lectura que existen en el país son niños y jóvenes. A. GARCÍA
Quince años de acercar libros a la sociedad
El programa implementado por Conaculta fue reconocido por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe
GUADALAJARA, JALISCO (28/SEP/2010).- El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) difundirá el Programa Nacional de Salas de Lectura (PNLS) entre los 21 países que integran dicho organismo, ya que el modelo ha sido exitoso en México tras 15 años de haber sido implementado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Lo que sigue, de acuerdo a Socorro Venegas, directora adjunta de la Dirección de Publicaciones y coordinadora del PNSL, es que el programa se replique en otros países a partir del expediente que se entregó al organismo intergubernamental.
“Lo que hará el CERLALC es difundir el programa entre los países miembros y ver qué condiciones y cómo se puede ayudar para que quienes estén interesados puedan implantar el programa en sus localidades”, explica la funcionara federal.
El reconocimiento carece de una remuneración económica, dice Venegas, pero lo importante radica en que por fin se reconoce fuera de México un programa que por 15 años ha funcionado en los rincones del país, “en gran medida gracias al esfuerzo de voluntarios; es un programa movido por la sociedad civil y fundamentado en el trabajo de estas personas”.
A partir de este impulso, el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe buscará fortalecer los procesos de lectura y escritura en los países miembro a través de la socialización de las estrategias exitosas, como las de México, Brasil y Colombia, países de los cuales también se difundirá su proyecto en otras latitudes.
Las tres mil 476 salas de lectura donde se ha puesto en marcha el programa se encuentran distribuidas en todo el territorio nacional y se han habilitado no sólo en bibliotecas y escuelas, sino también en casas, oficinas, hospitales, cárceles, albergues, parques, camiones, mercados e incluso en panteones.
El programa consiste en que cada sala de lectura, fija o itinerante, es gestionada por un mediador de lectura voluntario, es decir, hombres y mujeres de la sociedad civil que sin importar su profesión acercan los libros a su comunidad a través de actividades como lectura en voz alta, talleres, tertulias, cuenta cuentos, préstamo de libros y charlas con escritores.
“No buscamos una moraleja, sino una lectura fundamental, que se disfrute leer. La idea es acercar los libros a la que gente, que le pierdan el miedo”, resalta Venegas, quien dio a conocer que el 72% de la población atendida en dichas salas son niños y jóvenes, mismos a los que se les acerca literatura mexicana y textos informativos.
Por lo anterior, el programa Salas de Lectura se integra al Portafolio Regional de Proyectos de Lectura para América Latina, una estrategia para divulgar experiencias exitosas de promoción de lectura en Latinoamericana.
La funcionaria reflexiona que lo que demuestra este programa es que en México se lee más de lo que se cree, ya que el Programa Nacional de Salas de Lectura (PNSL) ha llegado a los rincones más complicados del país. “Se abren estos espacios donde no hay bibliotecas, librerías y tampoco acceso a los servicios culturales y entonces con la instalación de las salas de lectura se detonan comunidades alrededor”.
De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Lectura (ENL), realizada en 2006, en México se leen 2.9 libros por habitante al año, y sus estándares fueron avalados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Socorro Venegas refiere también que otro dato con el que se derrumba el mito es que, de acuerdo a un censo realizado en casi cuatro mil salas de lectura, el personal solicitó la actualización del acervo bibliográfico “porque los usuarios de estos espacios demandaban otros títulos y otros autores, entonces hay que entregar el material puntualmente a los 40 usuarios que registramos por mes en cada sala de lectura”.
Otro de los aciertos de dicha iniciativa, es que se desasocia al libro como instrumento exclusivo de la escuela y se comienza a difundir como ejercicio de relación y vinculación entre familias y amigos.
CRÉDITOS: Informador Redacción / LEER Hoy 02:19 hrs
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