OCE. Debate 022 (1/6) - Preescolares en contextos de pobreza

Observatorio ciudadano de la educación
OCE. Debate 022 (1/6)
Aurora Loyo Brambila *
Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM

La reforma constitucional por medio de la cual en México se incluye como obligatorios tres años de preescolar, amplía considerablemente la responsabilidad del Estado en materia educativa, ejerciendo presión sobre los recursos financieros y humanos de los que dispone el sector. La conveniencia de la reforma en los términos en que fue aprobada ha sido materia de discusión. Una de las líneas de la argumentación ha girado en torno a sus efectos sobre la equidad educativa, pero dado que la reforma es reciente habrá que esperar para contar con una base empírica que permita ahondar en esta importante cuestión. Entre los temas que merecen especial atención se encuentran: la dinámica de ampliación de los servicios para distintos grupos y regiones, las conexiones que se puedan establecer entre la atención que reciben los niños en estas edades y sus logros escolares posteriores y, los efectos de la obligatoriedad de la educación preescolar sobre las trayectorias de los niños provenientes de las familias más desfavorecidas socialmente.

En el marco de estas preocupaciones generales, hemos creído interesante examinar un conjunto de datos poco conocidos sobre los preescolares que reciben apoyo de programas compensatorios del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE). Estos datos provienen de un estudio que realizó la Fundación Éste País y que, junto con un grupo de colegas, tuve la oportunidad de acompañar en sus diversas fases. El objetivo central de la encuesta consistió en conocer las percepciones de padres de familia, educadores y directores sobre los apoyos y las acciones desarrolladas por el consejo, en el marco del programa PAREIB. El informe final de la encuesta fue entregado al CONAFE y algunos de sus resultados fueron publicados en la revista Éste País.

Una de las virtudes de la encuesta fue que, más allá de las necesidades de información sobre los programas CONAFE, se incluyeron otras cuestiones muy útiles para explorar el sentido que tiene el preescolar en contextos de pobreza. Dos características adicionales del cuestionario amplían las posibilidades de utilización de los datos generados: el que prácticamente todas las preguntas se hayan planteado por igual tanto a las madres y los padres de familia (M y P) como a los directores (D) y a los educadores (E), y la particularidad de que el instrumento haya contenido una considerable proporción de preguntas abiertas.

El preescolar representa para los niños una oportunidad de desarrollo al introducirlos en edad temprana en un ambiente de aprendizaje externo al hogar. Podemos inferir legítimamente que para aquellos menores que viven en condiciones de pobreza, esa oportunidad conlleva beneficios suplementarios cuando el ambiente escolar (AE) posee condiciones físicas, de organización y estímulo que se comparan muy positivamente con las que puede ofrecer el ambiente doméstico (AD). La contrastación entre el AE y el AD a través de los datos de la encuesta nos permite valorar esta dimensión.

Por otra parte, las condiciones y las experiencias en el preescolar estarán teñidas por las actitudes y comportamientos de los adultos (especialmente madres y educadoras) que si bien pueden habitar la misma localidad, tienen niveles de ingreso, de escolaridad y en general condiciones de vida distinta. Igualmente existen diferencias entre sus expectativas y puntos de vista sobre el preescolar, su importancia, los problemas que los aquejan y las recomendaciones para mejorar la calidad de sus servicios. Esas ópticas distintas, pero en alguna medida complementarias, que se observan entre los tres grupos (M y P, D y E), así como el examen de algunos datos relacionados con las actividades y formas de interacción que tienen lugar en el preescolar, nos llevan a plantear interrogantes que requerirían información complementaria.

A través de los datos de la encuesta podemos conocer y evaluar las formas en las que los padres de familia colaboran con el preescolar de sus hijos, en estos contextos de pobreza. Las exigencias distintas y hasta cierto punto contrapuestas de padres y educadores sobre el servicio educativo nos confrontan con dificultades de interpretación. En suma, de todo ello desprendemos la necesidad de que se realicen estudios cualitativos que introduzcan matices en el tema de la "participación", a fin de trascender los estrechos márgenes que nos marca el discurso educativo vigente, para el cual la participación se define desde la perspectiva de la autoridad escolar y educativa.

La encuesta.

Los datos que utilizaremos provienen de la encuesta nacional realizada por la Fundación Este País a solicitud de CONAFE. Cabe recordar que actualmente ese organismo tiene dos vertientes de operación: la educación comunitaria que ofrece servicios en comunidades menores de 500 habitantes, y los programas compensatorios dirigidos a escuelas que son previamente seleccionadas bajo criterios específicos de focalización. Los preescolares objeto de esta encuesta pertenecen a la segunda vertiente y por tanto, se rigen por las Reglas de Operación e indicadores de gestión y evaluación del PAREIB.

Para realizar la encuesta se tomó como marco muestral del directorio de planteles de preescolar registrados por CONAFE, al grupo de centros que cumplieran dos condiciones: a) que además del preescolar incluyeran el servicio de educación inicial no escolarizado para madres y padres de familia , b) que hubieran recibido apoyos compensatorios durante el ciclo escolar 2004-2005. Este universo quedó conformado por 9, 843 planteles. Como resultado del operativo de campo hubo algunos cambios menores en el tamaño de la muestra, cuyo nivel de confianza fue del 95%. El estudio se realizó en 94 escuelas. Los informantes fueron: madres y padres de familia cuyos hijos asisten a estos planteles (M y P); educadores (E) y directores (D) de los planteles. La muestra estuvo configurada de la siguiente manera: 633 madres y padres; 94 directores y 173 educadores. Cabe aclarar que por las características de estas escuelas, 35 individuos cumplían la doble función de E y D y se registraron para efecto de la sistematización de los datos en las dos categorías.

El ambiente doméstico: padres de familia.

Las familias de las que provienen estos niños son pobres, al grado que 44% declara un ingreso menor a un salario mínimo, esto es menor a $1, 404.00 mensuales y 42% percibe entre uno y tres salarios mínimos equivalentes a $4, 421.00 mensuales. La escasez y las carencias que se infieren de estos datos de ingreso se acentúan cuando tomamos en cuenta que en más de la mitad de los hogares viven de 4 a 5 personas. El 11% de los encuestados respondió que la totalidad de su ingreso lo dedica a comer y el 70% que destina menos de la mitad de su gasto a satisfacer las necesidades de ropa, calzado y educación de los miembros de la familia.

http://www.observatorio.org/publicaciones/EstTemPre_01.html

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