http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2012/05/95841.php
Carlos Loret de Mola
Jueves 17 de mayo de 2012
Se sentaron a la mesa de negociaciones cada quien con su objetivo: el
gobierno federal declaró que quería que todos los maestros fueran
evaluados y el sindicato magisterial buscaba su aumento salarial de
cada año.
Llegó el 15 de mayo y, en Los Pinos, el presidente Felipe Calderón
hizo oficial el aumento de sueldo: 4.3%. Esa misma tarde en Radio
Fórmula, el secretario de Educación Pública, el doctor José Ángel
Córdova Villalobos, admitía que el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación todavía no aceptaba el examen a todos
los maestros.
El funcionario lo puso claro: este año, el sindicato negoció 20 mil
millones de pesos más a su ya de por sí abultado presupuesto
educativo. Dos millones de pesos más al día para Elba Esther
Gordillo. El Día del Maestro en realidad fue Día de la “Maestra”.
“¿Tiene usted certeza de que de esta lana nada se queda Elba
Esther Gordillo?”, pregunté al secretario Córdova.
“No, bueno, no puedo asegurarte eso”, contestó tímidamente.
De todas las naciones agrupadas en la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es la que más
dinero como proporción de su presupuesto gasta en educación y
paradójicamente, al mismo tiempo, es el que tiene a los alumnos peor
preparados.
El problema, pues, no es de más dinero. El problema es que del
dinero existente nadie rinde cuentas. Los recursos van diluyéndose
en lo que llegan a las aulas. Esa “dilución” se traduce en
departamentos, casas, yate, aviones, lujos a plenitud para la
dirigente vitalicia del sindicato, que ha logrado permanecer en
política gracias a sus efectivas alianzas electorales: hoy es
operadora de la campaña de Enrique Peña Nieto, quien tiene de
guarura electoral a Gabriel Quadri —candidato del partido propiedad
de la maestra— y Peña Nieto no toca a Elba Esther ni con el pétalo
de una declaración.
Condenable igualmente la alianza político-electoral de López
Obrador con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE), oposición a Gordillo dentro del sindicato, pero que rechaza
con más ahínco la evaluación a maestros y también usa a la
educación como trampolín político y fuente de financiamiento por
el que no rinde cuentas.
Con este panorama, resulta asombroso que el presidente Calderón,
quizá para olvidar que su propia negociación electoral con Gordillo
en 2006 le comprometió a no realizar cualquier cambio educativo de
fondo, le siga dando trato privilegiado en Los Pinos a la dirigente
magisterial vitalicia, y peor aún, presuma como logros de su
gobierno la fracasada Alianza por la Calidad de la Educación y la
inexistente aún Evaluación Universal de Maestros, a la que hasta
ahora sólo se han alistado, por voluntad propia, medio millón de
los aproximadamente un millón 200 mil educadores que se estima
trabajan en el país.
0 comentarios:
Publicar un comentario