La educación en México, con o sin Reforma, está por los suelos: 17 estados están reprobados


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Por Redacción / Sin Embargo junio 24, 2016

La educación en México está reprobada, y esta es una realidad en la que la Reforma Educativa no influye, ni siquiera cuenta. Así lo dicen al menos un informe de una Organización No Gubernamental, otro más de la OCDE e incluso uno del propio Gobierno federal, que destacan el rezago en aprendizaje, permanencia, condiciones materiales, sistemas de apoyo y nivel de gasto público en todos los estados del país, lo que significa que el Estado mexicano, en todos los niveles de Gobierno, incumple con su responsabilidad de garantizar el derecho constitucional de los niños a aprender.

Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).– Tres informes publicados en los últimos siete meses –entre noviembre de 2015 y junio de 2016– coinciden en que, con o sin la aplicación de la Reforma Educativa, la educación en México está reprobada en rubros como calidad del aprendizaje; promedio de permanencia y escolaridad; nivel y distribución del gasto público; competencias como lectura, matemáticas y ciencias; falta de condiciones básicas en los planteles y desigualdad de servicios educativos en las poblaciones más vulnerables, entre otras.

Este martes, la organización Mexicanos Primero dio a conocer los resultados de su estudio “Índice de Cumplimiento de la Responsabilidad Educativa-Estatal 2016” (ICRE-E 2016), donde se compara a las 32 entidades federativas de la República Mexicana, tomando en cuenta el contexto socioeconómico, a través de Resultados Educativos [aprendizaje y permanencia] y Condiciones Educativas [personas, relaciones y procesos de aprendizaje, condiciones materiales y sistema de apoyo].

Con estas referencias, el organismo encontró que ninguno de los 32 estados del país cumple con la responsabilidad de garantizar el derecho de los niños a aprender, pues en una escala de uno a 100 puntos no hubo uno que rebasara incluso los 80.

Además, del total de las entidades 17 se situaron con calificación por debajo de los 60 puntos, lo que de acuerdo con ese indicador significa que están reprobados y tienen problemas serios para otorgar el derecho a la educación de los alumnos.

Los 17 peor calificados en el ICRE-E-2016 fueron: Quintana Roo, con 5.9 de calificación; Sinaloa, con 5.8; Querétaro, con 5.7; Sonora, con 5.6; Tamaulipas, con 5.6; Morelos, con 5.5; Baja California, con 5.4; Durango, con 5.2; Nayarit, con 5.2; San Luis Potosí, con 5.2; Jalisco, con 5.2; Guanajuato, con 5.1;, Guerrero, con 5.1; Veracruz, con 4.6; Michoacán, con 3.8; Oaxaca, con 3.7, y Chiapas, con 3.4 puntos.

En tanto, los mejores calificados en el indicador fueron; Aguascalientes, con 7.4; Zacatecas, con 6.8; Colima, con 6.7; Ciudad de México, con 6.5; Coahuila, con 6.5; Puebla, con 6.4; Hidalgo, con 6.2; Nuevo León, con 6.2; Baja California Sur, con 6.2; Tlaxcala, con 6.2; Estado de México, con 6.2; Chihuahua, con 6.1; Tabasco, con 6.1; Yucatán, con 6.0, y Campeche, con 6.0 puntos.

Los resultados son también dramáticos en cuanto a la medición del componente “aprendizaje”, donde sólo Puebla alcanzó una calificación aprobatoria, de 70.4 puntos, y el resto de los estados quedaron reprobados al no alcanzar indicadores por arriba de los 60 puntos.

El Índice reveló, entre otros muchos rubros, que de cada 100 niños que entran a primero de Primaria, seis años después 80 son los que entran a Secundaria; luego de tres años son 52 los que llegan al Bachillerato y en tres años más sólo 16 inician los estudios de Licenciatura.

Además, destacó, el promedio nacional de escolaridad en el país es de 8.8 años; es decir, los mexicanos estudian en promedio hasta el segundo año de Secundaria, mientras que en Noruega la escolaridad es de 13.9 años [educación superior], en Estados Unidos es de 13.3 años [educación superior], en Canadá es de 13.2 años [educación superior], en Corea es de 12 años [Bachillerato concluido] y en Chile es de 10.6 años [primer año de Bachillerato].

En el aprendizaje en Ciencias, por ejemplo, el 47 por ciento de los alumnos mexicanos tienen un nivel de entre cero y uno, es decir de reprobados, cuando los estándares internacionales de acuerdo con los resultados del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA marcan como calificaciones adecuadas el nivel tres y alto el de cuatro, cinco y seis. Sólo el 2.2 por ciento de los alumnos mexicanos reporta un nivel alto.

Lo mismo sucede en el conocimiento de las matemáticas, donde 54.7 por ciento está en el nivel de cero y uno, y sólo 4.3 por ciento está en el nivel alto.

En cuanto a lectura, 41.1 por ciento está entre cero y uno, y 4.9 por ciento en los niveles más altos de aprendizaje.

Una de las conclusiones de este indicador pinta con toda claridad la enorme problemática educativa que vive México en nuestros días.

“Al ritmo que vamos nos tomará 77 años alcanzar el promedio mundial en ciencias y 149 años para alcanzar al primer lugar”.

EFECTOS DE LA DESIGUALDAD

El 15 de junio pasado, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), un organismo del Gobierno mexicano, presentó a los integrantes de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de la Cámara de Diputados el “Informe 2016. La Educación Obligatoria en México”.

En esa ocasión, Sylvia Schmelkes, Consejera Presidenta del INEE, reconoció que la posibilidad de permanencia de los alumnos en la escuela disminuye conforme se avanza entre niveles educativos. También dijo que una cantidad importante de alumnos de Preescolar llega a la Primaria con aprendizajes insuficientes, y que existen enormes brechas en los aprendizajes de los alumnos según los tipos de escuelas.

La funcionaria destacó que en México se observan tendencias positivas en el aprendizaje de los estudiantes, pero insuficientes para lograr la metas educativas esperadas.

“Para alcanzar el cumplimiento del derecho a una educación de calidad se requiere de una distribución más equitativa del gasto público y una atención prioritaria de los programas que buscan la equidad”, afirmó. Por ello dijo que es necesario mejorar con urgencia los servicios educativos de las poblaciones más vulnerables y de menor desempeño, pues es en las escuelas indígenas y comunitarias, en las zonas más marginadas y en las familias con menores recursos donde se registran los resultados de aprendizaje más bajos.

Los resultados, expuso ante los diputados federales, muestran que el sistema educativo opera “de manera insuficiente y desigual”, y que en ninguna modalidad los centros escolares cuentan en su totalidad con las condiciones básicas.

En la tarea de cerrar las brechas educativas entre distintos grupos poblacionales ayudaría una mejor distribución del gasto y tomar en cuenta la población objetivo que debe ser atendida, “pues el costo de educar no es el mismo en los diferentes tipos de escuela y regiones del país, lo cual se agrava por la heterogeneidad estructural del sistema educativo”, planteó en su Informe la Consejera Presidenta del INEE.

GASTO INSUFICIENTE EN EDUCACIÓN

En noviembre de 2015, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los 36 países con mayor desarrollo del orbe, presentó el informe “Panorama de la Educación 2015”, que incluyó datos de 2012 y 2013. En una videoconferencia desde París, Francia, Gabriela Ramos, consejera especial del Secretario General de esta organización, José Ángel Gurría Treviño, dijo que el gasto total de México por estudiante es uno de los menores de los países que conforman el organismo.

En 2012, refirió, México invirtió 2 mil 600 dólares por estudiante de primaria, 3 mil por cada uno de secundaria y 8 mil 100 dólares por cada alumno de educación superior. Las cifras, destacó la funcionaria, están muy por debajo del promedio de la OCDE, cuyo gasto por estudiante ese año fue de 8 mil 200, 9 mil 500 y 15 mil dólares, en cada uno de los rubros citados.

Del gasto total mexicano para educación en 2012, sólo 2.5 por ciento se destinó a capital (activos que duran más de un año, como construcción, renovación y reparación importante de edificios escolares), el cual es mucho menor al promedio de 7.1 por ciento que en ese rubro invirtieron Brasil, Colombia, Irlanda, Portugal, Sudáfrica, Suiza y Turquía.

El reporte expuso que de 2005 a 2012 la población de mexicanos de 25 a 34 años que habían alcanzado la educación media superior creció de 38 a 46 por ciento, pero si bien se dio un incremento, el país está lejos de alcanzar el promedio de la organización que es de 83 por ciento. Además, sólo uno de cada tres adultos de 25 a 64 años de edad terminó ese nivel de educación.

Otro dato del informe dio cuenta que en el país el número de jóvenes de 15 a 19 años que se encuentran en educación pasó de 48 a 54 por ciento entre 2005 y 2013, pero pese a ese aumento México ‘‘fue uno de sólo dos países de la OCDE y asociados [el segundo fue Colombia] donde menos de 60 por ciento de las personas en esas edades estaban inscritos en el sistema educativo’’.

En el tema de los jóvenes que no estudian ni trabajan, el reporte precisó que el porcentaje de las mujeres de 20 a 24 años de edad que se encuentran en esa situación es ‘‘considerablemente mayor’’ al de los hombres en la misma edad. Entre 2000 y 2012 el número de mujeres en esa condición bajó de 46 a 39 por ciento, mientras en los hombres creció de 6 a 10 por ciento. El promedio de los países de la organización pasó de 22 a 19 por ciento para ellas en ese periodo y de 14 a 16 por ciento para ellos.

Gabriela Ramos detalló que México es el país de la OCDE con el promedio más alto de estudiantes por profesor. En 2013 había 32 alumnos por cada docente, cifra que es más del doble del promedio de la organización. Además, en las escuelas públicas hay 20 estudiantes más que en las privadas por maestro.

MALA CALIDAD EDUCATIVA

Antes, en junio de 2015, la misma Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos situó a México en el último lugar en materia de educación y competencias.

De acuerdo con el informe “¿Cómo va la vida?”, en México sólo 37 por ciento de los adultos de entre 25 y 64 años concluyó la Secundaria, muy por debajo del 75 por ciento que representa el promedio de la OCDE y uno de los más bajos entre los países miembros [además de Rusia y Brasil, que fueron agregados a este informe].

El organismo internacional situó la calidad de la educación en México 80 puntos debajo de su promedio, que es de 497 puntos: los estudiantes mexicanos obtuvieron 417 puntos de 600 del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) aplicado en el 2012 en los rubros de lectura, matemáticas y ciencia.

El informe destacó también que la diferencia en los resultados entre alumnos con el más alto nivel socioeconómico y con el más bajo nivel fue de 70 puntos, también menor al promedio de la OCDE: 96 puntos.

La OCDE expuso que la pobre formación educativa de los mexicanos tiene al país sumido en tal “mediocridad” productiva que, desde hace 20 años los indicadores de crecimiento económico de México van en picada y a la fecha son hasta 60% inferiores al promedio del resto de los países miembros.

Una de las principales razones de ese “mediocre rendimiento”, destacó el estudio “México, políticas prioritarias para aumentar las habilidades y el conocimiento de los mexicanos para una mayor productividad”, es el “pobre nivel de habilidades de su fuerza de trabajo” y su bajo desempeño escolar, esto a su vez causados por la poca calidad de un sistema educativo que dejó de ser atractivo y que, “en contraste con el resto de los países, no necesariamente reduce el riesgo de estar desempleado”.

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