Registro histórico de jóvenes que desean educación media superior


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Se inscribieron 317 mil 193 egresados de secundaria al examen de ingreso

Creció en 2.38 por ciento la cifra de aspirantes en relación con 2014

Buscan como primera opción alguno de los dos subsistemas de la UNAM, que sólo podrá dar cabida a 35 mil alumnos

Aspirantes a educación media superior de la zona metropolitana participaron en el concurso de selección convocado por la Comipems. El examen duró tres horas. La imagen, en la Universidad La Salle, en la colonia Condesa de la ciudad de México

Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Lunes 29 de junio de 2015, p. 34

Este año se presentó un "registro histórico" de jóvenes que desean ingresar a la educación media superior en el área metropolitana de la ciudad de México: 317 mil 193 estudiantes egresados de secundaria se registraron para presentar el examen de ingreso a ese nivel de estudios. Esta cifra es 2.38 por ciento mayor al número de aspirantes que se presentó en 2014 (309 mil 502).

Del total de jóvenes que solicitaron su ingreso al bachillerato para el siguiente ciclo escolar, 54.9 por ciento (174 mil 279 estudiantes) desean como primera opción estudiar en alguno de los dos subsistemas de ese nivel de estudios que ofrece la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero esta casa de estudios sólo podrá dar cabida a 35 mil aspirantes.

En conferencia de prensa realizada en una de las sedes donde este fin de semana se realizó el examen para ingreso al bachillerato, Javier Olmedo, vocero de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems), informó que después de la máxima casa de estudios, son las preparatorias del estado de México las que tienen el mayor porcentaje de solicitudes como primera opción, con 49 mil 804 aspirantes, equivalentes a 15.7 por ciento del total, seguidas de los bachilleratos del Instituto Politécnico Nacional, con 45 mil 412 estudiantes que lo colocaron como su primera opción para seguir sus estudios de formación media superior, 14.3 por ciento.

Para el Colegio de Bachilleres 11 mil 843 jóvenes lo colocaron como primera opción, 3.7 por ciento, y 11 mil 191, 3.5 por ciento, hicieron lo propio con las instituciones en el Distrito Federal de la Dirección General de Educación Tecnológica e Industrial.

Olmedo resaltó que se calcula que 282 mil 324 de los más de 317 mil aspirantes sean los que obtengan un lugar en alguno de los planteles de las nueve instituciones que conforman la Comipems. Esto debido a que este año se calcula que 22 mil 415 alumnos no concluirán la secundaria, casi 12 mil 500 no se presentan a la prueba de ingreso o no todos aceptan el plantel que se le asigna.

Aseguró que las instituciones de la Comipems tienen capacidad para recibir a todos los jóvenes que deseen estudiar el bachillerato, pues debido a la reforma constitucional que asentó que este nivel de estudios es obligatorio por ley, ya no hay nivel mínimo de aciertos para ingresar a formación media superior.

Francisco Reyes Nieto, de 16 años, es uno de los miles de jóvenes que desean ingresar a la UNAM. Este año concluirá la secundaria y su primera opción es la Preparatoria 9 de esa casa de estudios. "Creo que es la mejor opción porque quiero dedicarme a la música o ser profesor de español".

En entrevista se dijo tranquilo y confía en ser seleccionado. "Terminé en hora y media, pero ocupé el resto del tiempo (dan tres horas para resolver la prueba) para revisar donde me sentía con dudas. Sentí fácil el examen, a pesar de que no fui a cursos; me sentí preparado".

Su táctica de estudio fue la siguiente: repasó todos los cuadernos y libros de los tres años de secundaria y pidió el apoyo de compañeros que tomaron cursos privados de preparación para que le permitieran consultar las guías que dan en esos colegios. "Con eso me pude dar una idea de qué preguntan". El adolescente confió en ser uno de los 35 mil seleccionados para la UNAM.

Los resultados de la prueba podrán ser consultados en la página electrónica de la Comisión (www.comipems.org.mx) el próximo jueves 30 de julio.


Reforma educativa: engaño, mito y fraude


http://www.jornada.unam.mx/2015/06/24/politica/018a1pol?partner=rss

Imanol Ordorika

Las acciones y discursos del gobierno federal en torno a la llamada reforma educativa se han convertido en factor de polarización social y política en nuestro país. Sus impulsores y defensores han generado grandes expectativas respecto de la mejora del sistema educativo nacional. En realidad esta reforma sólo ha constituido un engaño, un mito y un fraude.

El engaño radica en que se ha hecho creer a la sociedad que cambios normativos –cuyos propósitos son el control político y laboral de los maestros, el realineamiento y continua sumisión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) al partido oficial y al gobierno, y el sometimiento de otras organizaciones gremiales de oposición– son una reforma educativa de verdad, enfocada al mejoramiento de la educación pública. La evidencia del engaño es la ausencia de una propuesta educativa general, que tuviera como referente la realidad actual, las necesidades del país y el proyecto de desarrollo nacional, a la que correspondiera una filosofía educativa bien definida y planteamientos pedagógicos consistentes.

El engaño se funda en un mito insostenible: la evaluación de profesores de educación básica es la acción fundamental para elevar la calidad educativa. La evaluación, que es la propuesta central y casi única de lo que han dado en llamar reforma educativa, tendrá efectos en las nuevas contrataciones, la promoción, la carrera magisterial y la remoción de maestros del trabajo docente. Ninguna de estas acciones produce por sí misma una mejora de la educación.

El mito está sustentado en la denostación y desprestigio intencional de los maestros mexicanos, a quienes se les presenta como el problema principal de la educación en México. En esto han jugado un papel fundamental las campañas de Televisa y las diatribas del grupo de presión Mexicanos Primero. Para la Secretaría de Educación Pública (SEP) y estos grupos el problema son los maestros, y la solución que han puesto en práctica son estas medidas de control.

El fraude radica en que tanto la SEP como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) saben que las evaluaciones que han propuesto son impracticables. Que sólo están en condiciones de realizar valoraciones superficiales e incompletas. Que éstas no tendrán los resultados que les han atribuido y que impactarán negativamente las condiciones profesionales, laborales y de vida de decenas de miles de maestros mexicanos.

Desde la creación del INEE, en documentos oficiales y declaraciones de su presidenta, se ha señalado que la evaluación docente no podía ser homogénea, sino que era necesario "considerar en las acciones de evaluación, desde el sistema educativo y hasta el aula de clases, la diversidad de realidades, culturas y lenguas que existen en el país, lo que sin duda es una de sus mayores riquezas" (INEE, "La evaluación en el contexto de la reforma educativa").

De acuerdo con las normas y leyes establecidas, la SEP, bajo la autoridad del INEE, realizará cuatro tipos de evaluaciones: para el ingreso a la profesión docente, para la promoción (la que se acaba de realizar), para la permanencia y para "promoción en la función por incentivos", antes carrera ­magisterial.

La evaluación más problemática es la de permanencia. Según la ley, 1.4 millones de maestros tienen que ser evaluados cada cuatro años. De ello depende su continuidad en el ejercicio de la labor docente. Significa que cada año tendrán que ser evaluados más de 350 mil maestros, sólo en esta modalidad. El INEE y la SEP nos hacen creer que pueden concretar una evaluación completa y a profundidad, que atienda la diversidad y heterogeneidad existentes en el país. Ellos saben que esto es imposible. Por eso es un fraude.