No hay que leer primero, sino sólo saber leer


http://eleconomista.com.mx/entretenimiento/2014/08/17/no-hay-que-leer-primero-sino-solo-saber-leer

Los preescolares que para impresionar a los padres ofrecen enseñar a los niños a leer y escribir olvidan que no es la edad adecuada.

Todos los padres desean que sus hijos tengan las mejores oportunidades educativas, para que al crecer sean exitosos y cumplan con un proyecto de vida, de esta manera, en el afán por conseguirles ventajas, algunos padres pueden terminar encontrando exactamente lo contrario a lo que buscan.

Marco Antonio Delgado, experto en educación e infancia temprana de la Universidad Iberoamericana, indica que la competencia existente entre los preescolares privados puede generar un problema importante, pues para impresionar a los padres de familia, y con ello ganar nuevos alumnos, ofrecen en su publicidad volver bilingües a los niños, o que estos sabrán leer y escribir al terminar sus estudios de preescolar, ignorando que no es la edad adecuada para ello.

“Leer antes no necesariamente es leer mejor”, sostiene el experto, y afirma que a la presión y el control para que los niños lean y escriban desde temprana edad suele seguir un baja motivación para la lectura y escritura en edades mayores, además de ver a la escuela como un lugar de imposición y opresión, en vez de un sitio para la exploración y el descubrimiento.

En entrevista, el doctor Delgado explica que hay un gran número de investigaciones que demuestran que las decisiones de los padres suelen fundamentarse en el proceso que ellos mismos siguieron, por ejemplo hacer planas es escribir y decodificar su nombre es leer.

Por el contrario, en la actualidad se considera a la lectura y a la escritura como dos procesos de conocimientos complejos, que implican la posibilidad comunicativa de elaborar ideas propias y entender mensajes que son procesados cognitivamente, así las tareas tradicionales son insuficientes y desvían las tareas que podrían ser más relevantes para el desarrollo de habilidades significativas.

Esto puede ser explicado a través del trabajo de la doctora Emilia Ferreiro Schavi, quien por más de 40 años se ha dedicado al análisis de la educación.

¿LOS NIÑOS APRENDEN SÓLO CUANDO SE LES ENSEÑA?

Los niños aprenden en los más variados contextos y la escritura forma parte de su paisaje cognitivo desde muy temprano. Así, los niños de cinco años generalmente ya saben distinguir entre escribir y dibujar dentro del complejo mundo de representaciones gráficas presentes en su medio. A esa edad que llamen letras o números a todo lo que no es un dibujo no es crucial, es más importante saber que esas marcas son para una actividad específica, que es leer, y que resultan de otra actividad también especifica, que es escribir.

Los primeros acercamientos a la lectura o escritura empiezan en contextos reales donde se recibe la más variada información. Los niños tratan de comprender desde muy temprana edad diferente información, por ejemplo, la que reciben de envases, juguetes, prendas, alimentos; de manera más específica, cuando alguien les lee un cuento, les escribe su nombre o responde a sus preguntas.

A través de su desenvolvimiento cotidiano, comprenden cosas sin necesidad de que les sean explicadas. Por ejemplo, si alguien consulta el periódico para saber la hora y lugar de algún espectáculo, el niño indirectamente y sin pretender hacerlo está aprendiendo una función primordial: “la escritura sirve para transmitir información”, comenta la especialista.

Mientras que algunos argumentan que cierta edad marca la madurez para poder leer y escribir, continúa, otros fundamentan que hay pasos previos, como entender que existe un sistema que codifica los significados, que los signos son distintos entre sí y que hay mensajes específicos, y luego entonces es necesario que los niños descubran estos sistemas para poder llegar a la lectura y escritura.

Entonces, ningún niño de seis años que viva en condiciones de urbanismo, comienza la escuela primaria con total ignorancia respecto de la lengua escrita.

LA PRESIÓN DE LAS ESCUELAS

El experto del Departamento de Educación de la Ibero apuntó que no es adecuado que los preescolares enseñen a leer a los niños e informó que en países como Finlandia, la edad oficial para comenzar la enseñanza de la lectura y la escritura es de siete años.

En México el Artículo 3 constitucional marca que la educación básica y obligatoria comienza con tres años de preescolar. De acuerdo a las estadísticas de la Secretaría de Educación Pública, se ha alcanzado alrededor de 85% de asistencia en los niños de 4 y 5 años; sin embargo, para el especialista esta legislación se realizó sin mucha fundamentación, pues no cualquier preescolar necesariamente tiene la calidad y el enfoque que enriquece a los niños.

“En mi opinión, un sistema educativo que se proponga preparar niños para que estén sentados, callados y obedeciendo en la primaria es un sistema fallido. De hecho, la SEP en su programa de educación preescolar dice que en ese grado no se enseña a leer y a escribir, pues no es adecuado para la edad de los niños, factor que es ignorado por la competencia entre escuelas privadas”, aseguró.

Una alta motivación hacia el aprendizaje y el descubrimiento de las propias habilidades para aprender “implica hacerse preguntas, reunir información y analizarla, así como proponer ideas propias, muy lejos de las planas o la identificación del nombre propio”.

CONSEJOS

El doctor Marco Antonio Delgado recomienda a los padres de familia con hijos que asistirán a clases por primera vez (hoy inicia el ciclo escolar 2014-2015), explicar detalladamente a sus hijos sus nuevas actividades, la forma en que se estructura el día escolar, así como lo que se espera de ellos, pues los adultos suelen olvidar que los niños pequeños desconocen por completo lo que es una escuela.

Además, los padres deben estar al pendiente de acompañar a los niños en sus tareas y de la opinión que sus hijos tienen sobre el ambiente predominante en sus escuelas, lugares que se convertirán en el primer lugar de socialización para los infantes.

nelly.toche@eleconomista.mx

0 comentarios: