Urge más educación y menos política: Mexicanos Primero

El informador 16/11/2010 Ver el artículo original

Señalan que de cada 100 niños que entran a primaria, sólo 62 la finalizan en los seis años de rigor.

Presentaron el estudio: 'Brechas. Estado de la educación en México 2010'.

Señalan que México está en desventaja frente a otros países que estudian hasta cinco años más que el promedio.

CIUDAD DE MÉXICO (16/NOV/2010).- El presidente del Consejo Directivo de Mexicanos Primero, Claudio González Guajardo, opinó que las brechas en materia educativa no son imbatibles, por lo que se requieren menos excusas y más acción reformadora, más educación y menos política.

Al presentar el estudio "Brechas. Estado de la educación en México 2010", alertó que el panorama es desalentador, pues tanto en cantidad como en calidad "estamos estancados y se está lejos de tener una cobertura universal en educación básica".

Precisó que de cada 100 niños que entran a primaria, sólo 62 la finalizan en los seis años de rigor y de ellos, 45 concluyen la secundaria en los años previstos.

El representante de la asociación Mexicanos Primero detalló que los mexicanos estudian en promedio 8.5 años, mientras que las naciones que son las más cercanas competidoras lo hacen en tres, cuatro y hasta cinco años más en promedio, lo que deja a México en desventaja.

Además destacó que las familias más necesitadas son las que reciben la educación de peor calidad para sus hijos, por lo cual demandó que los gobiernos federal y estatales recuperen la rectoría en materia educativa.

El director general de Mexicanos Primero, David Calderón, señaló a su vez que si el sistema educativo no se ha colapsado aún es porque hay personas que llevan adelante la tarea educativa todos los días, entre los que se incluyen padres de familia, directores y magisterio.

Añadió que en el caso mexicano no sólo hay deficiencias, sino prácticamente corte entre los diferentes grupos de la población y expuso que si no se entra en un pacto diferente entre maestros y sociedad, no se mejorará.

También consideró como "un oportunismo muy grosero" considerar que 80 por ciento del aprendizaje de los menores de edad depende de las familias; 'entonces, démosle a éstas el presupuesto federal', planteó Calderón Martín del Campo.

Jorge G. Castañeda, académico de la Universidad de Nueva York y ex canciller mexicano, alertó en su turno que 20 por ciento de los mexicanos más ricos tienen un nivel educativo inferior a 20 por ciento de la gente más pobre de los naciones desarrolladas.

Añadió que si siguen los abismos entre las escuelas públicas y privadas se seguirá el camino de India, donde las familias se endrogan con tal de pagar una mejor educación para sus hijos y hay una privatización creciente.


Obsoleto, el Sistema Educativo Nacional

El informador 17/03/2011 Ver el artículo original

CIUDAD DE MÉXICO (17/MAR/2011).- El Sistema Educativo Nacional está caduco y responde a una estructura social de hace cuatro décadas, afirmó el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Arturo Menchaca Rocha.

Consideró que la estructura del poder obstaculiza el desarrollo pleno de la educación, por lo que las generaciones actuales se verán en serios conflictos para enfrentar los problemas del futuro, como el envejecimiento de la población y de la comunidad científica.

En su conferencia “La ciencia en México” dictada en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Ensenada, expuso que esa falta de preparación se debe en gran medida a que el sistema normalista sólo genera profesores con nivel de secundaria, lo que limita la calidad educativa.

Puso como ejemplo que uno de cada 10 estudiantes de secundaria estudia la preparatoria y cuatro de cada 10 personas con educación media superior pasa a la universidad, mientras que uno de cada 10 graduados de ese nivel cursa un doctorado.

En ese contexto, la dimensión entre primaria y doctorado es de uno de cada 10 mil, lo que refleja la necesidad de reestructurar el diseño de la distribución de recursos y la eficiencia que se tiene.


El costo de la educación en México

El economista Ricardo Gutiérrez - 20/02/2011 Ver el artículo original

Iniciaron las prácticas proselitistas del gobierno federal de cara a las elecciones del Estado de México en el 2011 y las federales en el 2012. Por un lado, el apoyo al campo afectado por las condiciones meteorológicas y, por el otro, la deducibilidad de las colegiaturas en la educación privada.

Más allá del sector beneficiado por este último rubro, clase media básicamente, hay mucho para rascarle al tema.

La discusión de la finalidad de los recursos no recaudados o devueltos a los contribuyentes fue centrada en la eterna pauta de los más necesitados, práctica netamente social. El porqué ayudar a aquellos que buscan una mejor calidad educativa ahora se ha satanizado cuando esta parte de la población sólo busca para sus hijos mejores oportunidades.

También se tocó el punto de las becas en vez de la deducción y de inicio parece descabellada la idea; sin embargo, puede convertirse en un digno punto de partida para mejorar tanto el nivel educativo de los niños en México como el nivel mismo de la educación pública.

Los topes de deducción planteados, sin ser por sí mismos alarmantes o estratosféricos, son una clara muestra de las cifras amañadas a conveniencia del Poder Ejecutivo.

Para el caso de la educación básica parece que el costo promedio mensual de un niño es de poco más de 1,000 pesos; sin embargo, si hace el cálculo sobre el presupuesto total destinado a la Secretaría de Educación Pública prorrateándolo en cada uno de los subsectores educativos nos podríamos dar cuenta de que el costo ascendería a más de 3,000 pesos, monto suficiente para pagar la colegiatura en una escuela privada de notable calidad y muy superior a la ofrecida por el sector público. Entonces, el tema de los bonos educativos no parece distanciarse de la realidad.

Las grandes economías basan su desarrollo en una educación pública fuerte, sin paros magisteriales en zonas de alto analfabetismo y sin gremios privilegiados, con una fuerte inversión en investigación y condiciones salariales que hacen de la docencia una actividad de aspiración. La preparación de los profesores y la asignación por méritos a las fuentes laborales disponibles enmarca y engrandece aún más a estos países.

¿Trasfondo de este decreto? Electoral claramente; sin embargo, también se convierte en una crítica del sistema educativo público nacional que tan malos resultados ha presentado en los últimos años.

Como buen país del tercer mundo se ha de requerir que la educación privada venga al rescate de la infancia y, por ende, del futuro de nuestro país.

*El MF Ricardo Gutiérrez es profesor investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Toluca.

ricardo.gtz@itesm.mx


A educación 6.9% del PIB: gobierno federal

Proceso Santiago Igartúa Ver el artículo original

MEXICO, D.F., 1 de septiembre (apro).- Saturado de cifras, con olor a champaña y bordeado por serpentinas, el IV Informe de Gobierno, en el apartado de Educación, señala innumerables logros con los que el gobierno federal sugiere tiempos de prosperidad.
El gasto nacional en educación para 2010 se “estima” en 849 mil 357 millones de pesos, lo que representa 6.9% del Producto Interno Bruto (PIB) para la dependencia que dirige el “presidenciable” panista Alonso Lujambio.
El documento destaca que el gasto público federal estará destinado, entre otros, a los rubros de la expansión de cobertura en todos niveles; la apertura de nuevas instituciones educativas de educación superior; la Reforma Integral de la Educación Media Superior; los programas de becas y acciones compensatorias; las tareas de cultura y deporte, y los compromisos derivados de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE).
Las primeros cifras que el Informe celebra se dan en la inversión fiscal federal en educación que, habrían superado en 48% al periodo previo, alcanzando los 5 mil 977.2 millones de pesos; mientras que los “avances” en infraestructura educativa secundan la lista, anunciando un total de 252 mil 694 planteles de “diferentes tipos y niveles” para el periodo escolar 2010-2011.
En materia de cobertura educativa, se consigna que en el ciclo escolar 2009-2010 el Sistema Educativo Nacional (SEN) atendió a 34 millones de alumnos, lo que al gobierno le significó un crecimiento de 3.2% con respecto al curso previo.
Del documento, carente de autocrítica, son pocos los apartados donde el Ejecutivo reconoce las deficiencias del sistema educativo.
En educación básica, se encuentra que los estados con mayor rezago del país son Chiapas, Durango, Guerrero, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Tabasco y Veracruz.
Los indicadores de escolaridad de la población entre 25 y 64 años de edad se estancaron, ubicándose con un promedio de 8.9 grados de escolaridad, según sus datos.
A pesar de anunciarlo como un gran “esfuerzo educativo”, se encuentra que el rezago educativo de adultos analfabetas y sin primaria o secundaria terminada alcanza a 42.6% de la población de 15 años y mayores, siendo 33.4 millones de personas los que se encuentran en esa condición.
Con respecto a la prueba Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE), que la SEP aplica desde 2006 a alumnos de 3° a 6° grado en primarias y, desde 2009, a alumnos de secundaria, define el nivel educacional que se imparte: 48% de los testados a nivel primaria tendrían un desempeño de equivalencia “elemental”; 20% “insuficiente”; siendo que sólo 3 de cada 10 alumnos tendría obtendría un resultado entre “bueno y excelente”.
Para la educación secundaria los datos son más duros: sólo 18.8% en español y 10.1% en matemáticas obtuvieron un resultado positivo, mientras que cerca de 90% tiene un nivel entre elemental e insuficiente para matemáticas; y son más de 81% las malas notas en español.
Respecto de los servicios de educación básica para población indígena, tomando en cuenta que el objetivo que marca el Informe es incorporar “plenamente” a los pueblos y a las comunidades indígenas al desarrollo cultural, social y económico, las cifras no son muy distintas aun desde el ciclo 2006-2007.
Según los porcentajes de avance respecto de la meta oficial programada, en cantidad de estudiantes la cifra es de -0.3%; los profesores han aumentado 0.4% y sólo se cuenta con 0.3% de incremento en el número de escuelas.
El contraste está en el rendimiento de los educandos, que ha alcanzado una eficiencia de 90.4% a terminar el ciclo, mientras que la reprobación y la deserción suman 9.6%.
Al final del apartado de educación del IV Informe de Gobierno, el último festejo de las páginas da cuenta que, el 9 de agosto pasado, en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, se llevó a cabo el Tercer Festival de Música Indígena Contemporánea.


Improvisación educativa

Proceso Axel Didriksson Ver el artículo original

MÉXICO, D.F., 17 de septiembre.- La gravedad de la tragedia que se está presentando en el sistema educativo del país, y que entraña una profunda crisis de aprendizajes y conocimientos, es abordada con frivolidad por los encargados de atender el problema, quienes últimamente se hallan envueltos en pleitos eminentemente políticos debido a que México vive una sucesión presidencial adelantada por la incapacidad del Ejecutivo en turno.

Los resultados de los estudios sobre las capacidades y conocimientos de alumnos y maestros, realizados año con año, dan cuenta del sistemático abandono del sector y de la falta de reformas sustanciales, pues aunque ha habido varias modificaciones legislativas, no se han definido programas para acometerlas desde las aulas y las escuelas. La tendencia dominante sigue siendo evaluar por evaluar, controlar recursos y reproducir una visión cortoplacista, que se refleja en el constante cambio de personajes encargados de las distintas Secretarías de Educación, quienes se instalan en ellas con negligencia y baja altura de miras.

El impacto que esto tiene en la sociedad está a la vista: descomposición social, violencia, niños y jóvenes en el abandono escolar, altas tasas de deserción desde la educación básica y media, capacidades medianas o francamente mediocres, y burócratas que pasan de una Secretaría a otra como si pudieran entender cualquier asunto o problema.

Desde la óptica de este tipo de funcionarios, la educación se encuentra reducida a la retórica sobre las tendencias estadísticas, los recursos financieros y las mercancías, cuando el problema es que se trata de personas, de la formación de sus valores, del desarrollo de sus capacidades para construir su futuro social y laboral, y de la perspectiva cultural de su vida. Más grave aún, se está presentando un tipo de educación que tiende a fomentar el miedo, la insatisfacción personal, la represión y la prevención para un eventual estallido social.

Las comparaciones internacionales muestran que el haber incidido de forma sistemática y desde visiones de mediano y largo plazos en reformas educativas sustanciales impacta de manera positiva en la cohesión social y en el mayor desarrollo económico, en una mayor legitimación del Estado y en el fortalecimiento general de las instituciones. (Véase, por ejemplo, el reciente estudio editado por Simon Schwartzman y Cristian Cox, Politicas Educacionais e Coesao Social –una agenda latinoamericana–, Editorial Elsevier, Brasil, 2010.)

Los autores del estudio proponen desarrollar políticas educativas que se concentren en una agenda de transformación de las capacidades relacionadas con los desempeños docentes, los directivos de los centros escolares y el aprendizaje de los alumnos.

De acuerdo con lo que se ha estudiado sobre el sistema educativo, es ya evidente que, en este ámbito, no puede haber improvisados ni tampoco definiciones individuales. Las políticas educativas, o son participativas y llegan a involucrar a los actores directos del proceso, o carecen de sustancia, como ocurre ahora.