UNAM-IPN derrotan a Harvard en concurso

Notimex
El universal
  Viernes 12 de marzo de 2010

Los estudiantes nacionales compitieron en la rama de Biología Sintética contra estudiantes de 110 universidades, entre ellas Harvard, Cambridge, Universidad de Tokio y el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Jesús Pérez, Luis de Jesús Martínez y Gilberto Gómez Correa, obtuvieron medalla de oro en la International Genetically Engineered Machine Competition

Un equipo de alumnos de licenciatura de la Facultad de Ciencias de la UNAM y del IPN obtuvieron el primer lugar en la categoría de Investigación Básica en Biología Sintética de la competencia International Genetically Engineered Machines (IGEM).

El especialista del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM y fundador del equipo, Pablo Padilla Longoria, expuso que los estudiantes de las carreras de biología, física, ciencias de la computación y matemáticas, de octavo y décimo semestre, compitieron con estudiantes de 110 universidades.

En un comunicado, indicó que entre las casas de estudio contra quienes compitieron están Harvard, Cambridge y la Universidad de Tokio, e incluso el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) obtuvo el tercer lugar.

Luis de Jesús Martínez Lomelí, de octavo semetre de la carreras de Matemáticas, relató que ellos trabajaron en el proyecto Turing meets synthetic biology, que busca corroborar ideas matemáticas o físicas en el mundo real.

“Por ello creamos un ejemplo propio. Estamos a la vanguardia del desarrollo de un área creciente: la biología sintética. Siendo estudiantes de licenciatura creamos ciencia y tecnología de punta”, afirmó.

Gilberto Gómez Correa, de 22 años y estudiante de física de décimo semestre, explicó que el trabajo consistió en tomar un teorema matemático y tratar de probarlo en el ámbito de la biología.

“Armamos un circuito genético que reproducirá un comportamiento; al observar esta conducta en las células vivas, comprobamos el teorema. Los patrones de Turing son las manchitas que aparecen en leopardos o serpientes”, acotó.

El texto original fué tomado de aquí.

La UACM, imposibilitada de cumplir compromisos laborales por falta de recursos

La jornada
Viernes 12 de marzo de 2010, p. 36
Bertha Teresa Ramírez

El rector Manuel Pérez Rocha denuncia que la ALDF no ha entregado financiamiento.

La UACM, imposibilitada de cumplir compromisos laborales por falta de recursos. Para este año la Asamblea asignó 655 millones, monto inferior a lo concedido en 2007, señala.

El rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Manuel Pérez Rocha, aseguró que debido a falta de recursos, esa institución se encuentra "imposibilitada para desempeñar sus tareas y cumplir las obligaciones que tiene con sus trabajadores".

En una carta dirigida a los trabajadores académicos, administrativos, técnicos y manuales de la universidad, creada durante la jefatura de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el rector dijo que la UACM es una institución que se sostiene con recursos públicos, por lo que "los tres años recientes ha trabajado en condiciones económicas muy difíciles, dado que el gobierno de la ciudad y la Asamblea Legislativa han incumplido con las obligaciones que la ley establece para el financiamiento de nuestra casa de estudios".

Agregó que este año la universidad requiere 955 millones de pesos para la operación y la puesta en marcha de nuevos programas académicos de gran valor para la ciudad de México, "cantidad que se solicitó en tiempo y forma a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal".

Sin embargo, la asamblea “concedió a nuestra institución solamente 655 millones de pesos, monto inferior incluso al asignado en 2007, a pesar de que estos años la matrícula ha seguido creciendo con gran esfuerzo institucional, y que todos los costos se han incrementado a una tasa anual de más de 5 por ciento.

"Los 655 millones de pesos destinados por la ALDF, sumados indebidamente por los funcionarios que administran los recursos públicos a los cien millones de pesos de recursos federales asignados también este año por la Cámara de Diputados, son totalmente insuficientes para satisfacer las necesidades operativas y de desarrollo de nuestra casa de estudios."

Pérez Rocha indicó que con ello "se ha orillado a nuestra casa de estudios a la imposibilidad de desempeñar sus tareas y cumplir con las obligaciones que tiene con sus trabajadores".

La rectoría de la UACM, afirmó, reconoce la legítima exigencia de los trabajadores por mantener condiciones materiales de vida dignas, lo cual implica, por lo menos, recuperar el valor de sus ingresos del año pasado, agregó.

"La única manera de otorgar a los trabajadores de la institución un incremento salarial que por lo menos recupere el poder adquisitivo perdido implica que las autoridades cumplan con lo establecido en la Ley, y que le restituyan a nuestra institución los recursos otorgados por la Cámara de Diputados, tanto este año como los dos anteriores."

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Ssa plantea ejercicio obligatorio en escuelas

El universal
Lunes 08 de marzo de 2010
Ruth Rodríguez
ruth.rodriguez@eluniversal.com.mx

A fin de combatir la obesidad en México, José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud, dijo que se trabaja con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que el ejercicio físico se vuelva obligatorio en los centros educativos de nivel básico, así como para mejorar la calidad de los alimentos que se expenden en las cooperativas de las escuelas.

El funcionario dijo que “no vamos a satanizar nada, pero tiene que haber una mejor oferta de alimentos; una mayor variedad”.

Adelantó que las secretarías de Salud y de Educación Pública determinaron en un análisis, algunos factores que pueden provocar la obesidad; de ahí que busque establecer acciones para contrarrestar este problema, que afecta a la niñez mexicana.

Córdova Villalobos explicó que una de estas acciones es que el ejercicio físico debe ser obligatorio y su práctica debe convertirse en una costumbre.

El secretario de Salud acompañó a Margarita Zavala, presidenta del DIF nacional, quien dio el banderazo de salida a la carrera con motivo del Día de la Familia, que ayer se llevó a cabo en Paseo de la Reforma.

El responsable de la política sanitaria del país, informó que se estudia encontrar la forma de reducir las múltiples oportunidades de comer que tienen los escolares, ya que cuando salen de clases ingirieron la mitad de las calorías que requirieron ese día.

Comentó que la Secretaría de Salud junto con la de Educación Pública trabajan para hacer conciencia en los padres de familia de que les pongan refrigerio a los menores, con alimentos preparados, en lugar de darles dinero para que compren en la escuela, “porque los pequeños no saben distinguir lo que les hace daño”.

El texto original fué tomado de aquí.

La cara mala del país está en las series y en las telenovelas

El universal
Lunes 08 de marzo de 2010
Alejandro Madrigal
alejandro.madrigal@eluniversal.com.mx

Especialistas en medios observan que las narcoejecuciones, el secuestro y la corrupción forman parte de las historias cotidianas de la televisión.

Qué pensaría un televidente que, sentado en la sala de su casa, se encuentra de pronto con la imagen de una mujer indígena colgada de un árbol y enfrente de ella Christian Bach, quien justifica la escena con una frase: “Sabía demasiado”.

O que viera una escena de un hombre matando a batazos a su enemigo en la telenovela Pasión Morena (TV Azteca, 2009). Más entrada la noche, ese mismo televidente puede encontrarse con un experto en artes marciales apodado El Pantera (Televisa, 2007), quien se mide con narcomenudistas que ejecutan y secuestran a personas a diestra y siniestra.

Escenas como éstas comienzan a ser recurrentes en la televisión mexicana.

El tema de la violencia no sólo es un cliché en la pantalla chica, es algo inherente a los proyectos porque no habría historias qué enriquecer y la lucha entre el bien y el mal estaría acabada; tampoco habría historias de amor y venganza que contar; sin embargo, la intensidad de esa violencia ha evolucionado.

En los inicios de la televisión, la violencia de los personajes parecía un tanto ingenua, se les llamaba villanos a los que trataban mal a las personas, pero conforme pasan los años y cambia el mundo y el país, la concepción de lo violento se volvió más elaborada y se muestra similar a la de la delincuencia organizada.

El ejemplo es la nueva telenovela de TV Azteca, Vidas robadas, que inicia hoy a las 20:30 horas por Azteca 13, y en la que desde sus primeras escenas muestra al actor Luis Felipe Tovar con armas y con varios cadáveres a alrededor. También se verán ejecuciones ordenadas por la antagonista de la historia, Christian Bach, una mujer que usa esas técnicas para meterle miedo a los pobladores de una comunidad indígena.

El inicio

“Hacia mediados de los años 90, se empieza a dar a mayor escala la violencia, porque tiene que ver con los temas sociales que han abierto los ojos a la sociedad, y es así que nos llegan de otros países y del propio México historias reales, esto es el gran cambio y a partir de ahí los temas del narco se hacen más vivenciales”, explica Roberto Rondero, especialista en en temas relacionados con la televisión.

La televisión tuvo una gran apertura con la llegada de Argos, de Epigmenio Ibarra y Carlos Payán, en 1996 cuando Nada personal, una historia escrita por Alberto Barrera, narraba la crudeza de un país con escenas lejanas a la hipocresía y la doble moral de otras telenovelas. Mostrar a los personajes como son en la vida misma: “No sólo con una pistolita, sino con violencia explícita, le decían al televidente quién era un narco y un matón sin disfrazarlo y sin caer en clichés”, dice Rondero.

Los asesinatos en la televisión son manejados como nota roja y escasos proyecto en México retratan el tema del narco, “por temor”, aseguran algunos escritores jóvenes de TV Azteca. Sobre todo, porque la gente involucrada en estos proyectos siente que puede molestar a algún capo de la droga y enfrentarse a una posible venganza, por lo que todo se maneja con medida y hasta con censura.

La censura

Christian Bach y Humberto Zurita, con su empresa productora ZUBA, quisieron mostrar un país como lo vemos a diario en los noticiarios con sus proyectos El candidato (1999) y Agua y aceite (2002), esta última, después de un mes y medio al aire, adelantó su final porque contenía escenas lésbicas, violentas y de narcotráfico: “La razón fue un asunto de censura y punto”, dijo Bach en diciembre pasado.

La crudeza de una sociedad se manifiesta a través de las bandas criminales, por ejemplo, jóvenes que se tatúan el cuerpo cada vez que se cobran una víctima o personas marginadas e insensibilizadas que ven un México caótico, donde prevalece la violencia que esta fuera de control en materia de seguridad y narcotráfico, como expone el escritor mexicano Carlos Fuentes en su libro Todas las familias felices.

Tal es el caso de la adaptación de la serie argentina Mujeres asesinas, la cual muestra mucha sangre en pantalla y retrata una realidad contundente de lo que vivimos, las de personas que por alguna razón se vuelven criminales. Con esta serie, la televisión mexicana mostró primera vez violencia explícita desde su título y demuestra los tiempos que estamos viviendo, sin recovecos y sin trucos.

A decir de Roberto Rondero, la serie producida por Pedro Torres y adaptada por Carlos Pascual, rescata la nota roja en México, que es de las preferidas no sólo de los lectores, sino un género periodístico que ayuda recrear historias que después serán tomadas por la televisión.

Hay un testimonio de TV Azteca sobre las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, una miniserie de cinco horas transmitida en 2004 que se llamó Tan infinito como el desierto. Fue producida por Genoveva Martínez, quien se atrevió a denunciar los feminicidios y la violencia constantes en esa ciudad desde 1993, cuando comenzaron a aparecer cuerpos de mujeres brutalmente asesinadas. La serie, protagonizada por Ana Serradilla, “tuvo un final intenso y muy violento, como todos los capítulos, enseñando como los delincuentes son protegidos por las autoridades, en verdad se te eriza la piel”, opina sobre una lectora del blog El megáfono.

Retrato de la realidad

Para el autor de la telenovela Vidas robadas, el argentino Jorge Maestro, desde los primeros capítulos decidió que la sangre tenía que correr en su historia para llamar la atención y demostrar la realidad de un México bárbaro que tiene cientos de ejecuciones impunes y mafiosos libres como María Julia (Christian Bach), a quien le da lo mismo matar que pisar una colilla de cigarro en la calle.

Tan sólo el año pasado se registraron 7710 ejecuciones, 27% más que en 2008 y en lo que llevamos de este 2010 se contabilizan 1666 hasta el viernes 5 marzo.

El director de escena de TV Azteca Carlos Guerra dice que los melodramas han mutado y tomado elementos de las series que se atreven a manejer los temas que las telenovelas desprecian, como la comedia negra, que se refleja en el personaje de Bach y que se ve en series estadounidenses como Six feet under.

Para el realizador la nueva etapa de la televisión se refleja en las telenovelas, “porque no pueden ser las mismas que hace 50 años”. Pero inlcuso así el público manda críticas a las televisoras porque se cae en la violencia sin necesidad, según relata el propio Carlos Guerra

Otro ejemplo, es el programa Lo que callamos las mujeres, que toca una violencia sugerida y en muchos capítulos siempre alguien muere a consecuencia de problemas sociales: “¿Por qué llegamos a la violencia? Pues porque estamos en un país violento y en un mundo violento, pero nosotros recreamos lo que se dice en un noticiario", dice el realizador de TV Azteca.

Para el experimentado productor Emilio Larrosa (Hasta que el dinero nos separe), los personajes de la televisión tienen que sacarse de las calles, de las ciudades, de los caminos sinuosos de los pueblos, de la frontera, de la política.

“El género de la telenovela ha trascendido a conceptos políticos y de violencia, pese a ello sigue siendo de los espectáculos de televisión más vistos en el mundo, nosotros hemos superado hasta partidos de futbol (en raiting), que es el deporte amado en nuestro país”, dice el productor de Televisa.

Larrosa dice que el género de la telenovela tiene valores desde el punto de vista literario donde se tienen que presentar historias que atrapen a la gente durante ocho o nueve meses. “Una película dura dos horas y una telenovela mucho más y tener a la gente cautiva es el mayor logro”, dice Larrosa.

Televisa le ha entrado al tema, pero de manera más cuidadosa, con personajes de comedia, como sucede en la telenovela Zacatillo, un lugar en tu corazón, producida por Lucero Suárez, la cual grabó un intento de asesinato mal logrado a cargo de los antagonistas.

En Camaleones, la teleserie donde actuaron Belinda y Alfonso Herrera, se quiso retratar a dos ladrones simpáticos, pero que finalmente se dedicaban a robar.

La idea no funcionó ante el público juvenil, pese a una exaltación sobre a este ilícito.

Sin embargo, en la misma telenovela estaba el personaje de Guillermo García Cantú, un alto oficial de la policía federal que aspiraba a ser secretario de seguridad y que cometía secuestros y asesinatos para lograr sus fines en escenas que llenaron varios capítulos de esta serie que concluyó el mes pasado y que se transmitía en el horario de las seis de la tarde.

Por su parte, en los próximos meses Televisión Azteca prepara una serie de acción y suspenso que involucrará al ambiente de la investigación periodística. El programa será un tanto policiaca y se dice que no eliminará las situaciones reales de ejecuciones y desapariciones a consecuencia del narcotráfico.

El texto original fué tomado de aquí.

De los destrozos del capitalismo

Suplemento EDUCACION de la UACM, Núm. 3
3 de octubre de 2009
Manuel Pérez Rocha


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Desde hace algunos meses, el tema de la educación ha ocupado las primeras páginas de varios periódicos nacionales y tiempo importante en los noticieros de la radio y la televisión, convertidos estos medios en jueces severos del sistema educativo mexicano. Puesta la educación en el banquillo de los acusados, algunos de los responsables de nuestras instituciones escolares han expresado tímidas defensas y justificaciones que implícitamente aceptan las condenas emitidas y la autoridad de los juzgadores.
La dureza y escándalo con que se juzga hoy en día a la educación mexicana no es un fenómeno nuevo, podemos encontrarlo en otros momentos si hacemos una somera revisión hemerográfica que abarque las décadas recientes. Esa misma revisión nos permitirá constatar que el interés por la educación y la severidad de los juicios corresponden con momentos en los que el país se encuentra en dificultades. Hoy que México se encuentra en una profunda crisis política, económica y social, emerge nuevamente una especie de histeria respecto a la situación de nuestro sistema educativo. Esto no quiere decir que el sistema educativo no esté muy mal, que lo está, quiere decir sencillamente que esos actores se ocupan ahora de él y lo hacen con virulencia porque colocan a la educación como el chivo expiatorio de esta crisis.
No hace mucho, en época prolongada (unos ochenta años), la educación mexicana tuvo momentos magníficos, no es exagerado decir que ejemplares. El inicio de dicha época su ubica a mediados del siglo XIX y su trágica conclusión alrededor de 1940. Inspirados en las ideas que venían de Europa, pero con aportes propios indudables, los liberales mexicanos del siglo XIX crearon instituciones educativas, formularon leyes y formaron educadores que iniciaron la construcción de un sistema educativo sin el cual este país no existiría. De la misma importancia fue, por supuesto, la educación informal que dichos liberales generaron al difundir sus ideas, construir instituciones políticas sustentadas en valores humanos y sociales que contribuyeron a crear una conciencia nacional y formar individuos conscientes de sus derechos y sus obligaciones para con la sociedad.
Casi al mismo tiempo, una o dos décadas más tarde, en el seno del pueblo empezaron a generarse acciones educativas de no menor importancia histórica. Inspirados sin duda por los valores de la ilustración liberal, pero con creciente presencia de otras corrientes de pensamiento –por ejemplo anarquistas y socialistas–, en las últimas décadas del siglo XIX la educación pasó a formar parte central de las inquietudes e intereses de importantes grupos de la población urbana y también de la población rural. Tanto en multitud de acciones aisladas, como en los programas y plataformas de las nacientes organizaciones de trabajadores y campesinos, la educación ocupó un lugar central y con orientaciones filosóficas de vanguardia y proyectos muy ambiciosos.
Estos esfuerzos cayeron en tierra fértil, en un pueblo altamente sensible, portador de valores culturales notables. El resultado fue un amplio movimiento social por la educación y la cultura que rindió sus mejores frutos en el espacio abierto por la Revolución Mexicana de 1910. Los logros que todo mundo reconoce en la producción cultural de la primera mitad del siglo XX mexicano no se explican sin este contexto social. No podemos escatimar el valor de las iniciativas y acciones de personajes como Justo Sierra, José Vasconcelos, Moisés Sáenz, Narciso Bassols y otros muchos, pero el enorme impacto que tuvieron se explica porque correspondían con un movimiento social animado por aspiraciones de justicia, y que valoraba a la educación y la cultura como medio y fin de sus luchas.
En los años veinte y treinta del siglo XX surgieron instituciones y programas, se construyeron miles de escuelas y centros de cultura, florecieron la literatura y las artes; la escuela rural, las misiones culturales, nuevas universidades e instituciones de enseñanza superior, revistas, periódicos y emisiones radiofónicas dieron un impulso formidable a la educación y la cultura. Educación y cultura juntas porque a la educación justamente se le concebía como una tarea cultural. Pero educación y cultura que adquieren su pleno sentido porque son parte de una lucha por la justicia, por la emancipación de un pueblo que está sojuzgado y explotado por una élite voraz, racista y sin la menor preocupación por el futuro del país. Además se trataba de acciones y programas educativos no solamente con fundamentos sólidos y sentido claro, muchos de ellos eran además portadores de métodos pedagógicos muy avanzados (aún para nuestros días) y generaron materiales de estudio y auxiliares didácticos de gran valor.

Detalle “El pueblo a la universidad”, mural de Siqueiros en la UNAM
El magisterio mexicano de los años veinte y treinta del siglo pasado abrazó con entusiasmo la causa de la educación, la cultura y la justicia. Apoyados por el Estado, miles de maestros hacían de la lucha por la educación y la cultura una sola con la lucha política, la lucha por la tierra, y por la mejora de las condiciones de vida. Pero en 1940 el Estado mexicano se puso al servicio de la clase capitalista dominante, ésta era una plutocracia que aprovechaba las oportunidades de la Segunda Guerra Mundial para explotar los nichos de industria que generó directa e indirectamente la conflagración. Entonces todo cambió. Por ejemplo, la enseñanza técnica concebida en el cardenismo para dar a las clases trabajadoras herramientas que les permitieran asumir el control del aparato productivo, se convirtió en fábrica de “recursos humanos para el desarrollo”, esto es, en capacitación y domesticación de la fuerza de trabajo al servicio del capital. Esto es lo que se llamó “la unidad nacional”.
En este nuevo proyecto de país, un magisterio comprometido con los intereses del pueblo y militante en un movimiento educativo, cultural y político era inaceptable. Entonces, con toda la fuerza del Estado se combatió ferozmente al movimiento magisterial. Miles de maestros fueron perseguidos, encarcelados, mutilados o asesinados y sus varias organizaciones autónomas destruidas para aherrojarlos desde entonces en el funesto SNTE. Este sindicato, que hoy la derecha capitalista señala como la causa del desastre de la educación mexicana ha sido un instrumento al servicio del capital para apoyar las condiciones políticas que han hecho posible setenta años de inicua explotación y sometimiento del pueblo mexicano. Desde entonces, el SNTE no es solamente el aparato que controla al magisterio, es una palanca determinante, como hemos visto hasta nuestros días, en el aparato de control político y electoral del país. Durante más de cincuenta años lo hizo como brazo fundamental del PRI, ahora lo hace incluso por encima de ese partido y al servicio del mejor postor.
Por fortuna hay todavía muchos maestros que mantienen con dignidad, e incluso heroísmo, posturas de resistencia que pronto darán sus frutos, pero el control y abuso político ejercidos por el sindicato han significado la corrupción de la función magisterial y el sometimiento de muchos maestros; sus ingresos, sus ascensos, su lugar de trabajo se condicionan a su docilidad y colaboración con el corrupto sistema político y electoral mexicano. ¿Puede esperarse de este magisterio una educación de “alta calidad”?, ¿puede un magisterio en estas condiciones ser para la niñez y la juventud ejemplo de valores morales y cívicos?, ¿puede propiciar la autonomía de conciencia y pensamiento crítico que exigen nuestros tiempos?, ¿puede un magisterio en estas condiciones contrarrestar la funesta deformación intelectual y moral que generan la televisión, la radio y la prensa? Quienes se han beneficiado y se siguen beneficiando de este control político del país señalan ahora con dedo flamígero al monstruo que ellos crearon y que les ha servido con abyección y eficacia.
Total inconsciencia o hipocresía están detrás de las fuertes y reiteradas críticas que se han lanzado en los meses recientes al sistema educativo mexicano porque, ¿quiénes las han difundido con buena dosis de escándalo? Entre ellos se encuentran los que, con sus acciones cotidianas, y con la función que han desempeñado y desempeñan en la estructura sociopolítica del país, han contribuido a deteriorar la educación. Ahora algunos medios, mercaderes corruptores del periodismo y la televisión, propulsores de los peores antivalores personales y sociales, han exigido insistentemente que se publiquen los nombres de los maestros “reprobados” en el llamado Concurso Nacional de Asignación de Plazas Docentes. Este pretendido linchamiento se suma a la ya prolongada e intensa campaña que se ha emprendido señalando a los maestros como los causantes de lo que se califica como desastre del sistema educativo mexicano y del país, y que no es sino uno más de los que ha ocasionado la imposición de los intereses del capital y el total menosprecio de la educación y la cultura.
Manuel Pérez Rocha es rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y director de este suplemento


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Salir de la OCDE, volver a la UNESCO

Proceso
MÉXICO, D.F., 28 de febrero
Judith Amador Tello

Especialistas en educación y cultura ligan la separación de Homero Aridjis como embajador especial de México ante la UNESCO con los compromisos contraídos ante la OCDE a la que se plegó Carlos Salinas de Gortari. Desde entonces, el neoliberalismo, ese modelo de desarrollo desigual, ha sido denunciado en estas páginas.

El debate en torno a la eliminación de las humanidades en el nivel medio superior, evidencia algo más que la falta de voluntad de la Secretaría de Educación Pública (SEP) por hacer cumplir un acuerdo ya publicado en el Diario Oficial de la Federación.

Revela que cuando el gobierno de Carlos Salinas de Gortari negoció en 1992 el ingreso de México a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), comprometió mucho más que la economía del país.

Hace tiempo que –como en muchos otros campos de la vida nacional– las políticas públicas en materia educativa no se discuten sólo en el despacho del titular de la SEP, sino en los escritorios de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y, sobre todo, la OCDE. Y hace tiempo también que México no cumple con el mismo rigor los acuerdos con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Es en ese contexto donde diversos especialistas ubican no sólo el proyecto de Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), objeto de rechazo y movilizaciones desde hace más de un año, sino la reforma de la educación nacional que pretende imponer el llamado modelo por competencias, desde los niveles básicos hasta el universitario, criticado por “economicista”, por privilegiar la creación de mano de obra por encima de la formación integral ciudadana y por generar mayor marginación en los sectores más empobrecidos.

En ello coincide el investigador Axel Didriksson, exsecretario de Educación del gobierno de la Ciudad de México, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien de plano demanda la salida de la OCDE y el restablecimiento del embajador ante la UNESCO, y exige se debata públicamente el proyecto educativo nacional.

También coinciden Gabriel Vargas Lozano, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, y José Alfredo Torres, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, coautores del libro Educación por competencias ¿lo idóneo?, quienes fueron entrevistados por Proceso.

En su reciente visita oficial a México, el Relator Especial sobre el Derecho a la Educación de Naciones Unidas, Vernor Muñoz, dijo también que el modelo educativo se ha subordinado a las demandas del mercado laboral y no responde a los principios establecidos en materia de derechos humanos ni dignifica la vida de los ciudadanos, como lo establece la Constitución política mexicana (Proceso 1738).

Memoria o competencia

Para el gobierno salinista ingresar a la OCDE era ser parte de un selecto grupo de países ricos, aunque las voces críticas siempre advirtieron que México no tenía el mismo desarrollo que el resto de los integrantes. El propio organismo aplica en el tema de educación el Programa Internacional de Evaluación de los Estudiantes (PISA), donde México ha ocupado sucesivamente los últimos lugares con Turquía en comprensión lectora, habilidades matemáticas y conocimientos científicos.

Las desigualdades con el resto de los países de la OCDE en materia educativa fueron señaladas desde el inicio por el fallecido Pablo Latapí en varias de sus colaboraciones en este semanario, entre ellas el déficit en la cobertura de preescolar y primaria, el bajo alcance en el resto de los niveles educativos y el financiamiento: Mientras para 1994 en México se gastaban 8 mil 226 dólares por un acumulado de 18 años de escuela por alumno, en los países de la OCDE se gastaban 58 mil 716 dólares (Proceso 913).

En su artículo La OCDE y el futuro de la educación, Latapí destacó en octubre de 2000 (Proceso 1248) que el conocimiento no es, como se plantea en estudios de la OCDE, “un activo para la producción, un producto entre otros (a normal commodity) que se vende y compra en el mercado”, y advirtió que este tipo de documentos constituyen “un proceso político de legitimación doctrinal... tendente a imponer una determinada visión de la educación”. Y lamentó:

“La OCDE se ha sumado al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y a otros organismos internacionales en el propósito de conformar los sistemas educativos y orientar la revolución informática de acuerdo con los intereses de las economías dominantes....”

Según documentos de la propia SEP, una competencia se define como la “integración de habilidades, conocimientos y actitudes en un contexto específico”.

Para México éste no fue siempre el modelo educativo. En su ensayo La modernización de la educación básica en México o la cultura sitiada, el investigador Víctor Cabello Bonilla, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, refiere que la educación básica fue soporte ideológico del proyecto cultural devenido de la Revolución Mexicana.

Gabriel Vargas sostiene que toda estrategia educativa implantada desde el Estado devela el concepto de país que tiene el grupo en el poder. Así por ejemplo, los liberales del siglo XIX impusieron el positivismo en la educación, y en la época de Lázaro Cárdenas se impulsó la llamada educación socialista.

A decir de Cabello, hasta finales de la década de los setenta del siglo pasado la educación pública se apoyaba en un Estado de bienestar autoritario, y estuvo vinculada al proyecto de cultura nacional y al proyecto de país mismo:

“La historia de la educación pública en México –dice– se ha escrito desde la cultura y las tradiciones de una civilización con memoria. La recuperación de ésta abre la posibilidad de dar nuevos sentidos a lo social, donde educar sea formar, en el más amplio sentido humanista, en la utopía, razón, dignidad y libertad.”

Pero con la llegada al poder del proyecto neoliberal, el modelo cambió no sólo en lo económico, sino en lo social, educativo y cultural. Cabello explica que desde 1983 se afianzó la tendencia a vincular educación, trabajo y empleo:

“Esta importante concepción del cambio social, fundada al seno del Banco Mundial y otros organismos internacionales de financiamiento, perfila una educación básica que alfabetiza para el trabajo, capacita desde una edad temprana y certifica competencias laborales, en un ciclo de 11 años escolarizados, para preparar mano de obra barata, dispuesta a sujetarse a procesos de explotación intensiva.”

Y denuncia acerca de esos nuevos enfoques “que reducen los fines de la formación a la adquisición de competencias individuales”, cancelan toda posible superación científica y humanística, y condenan a la tecnología nacional “a un nivel de inframundo”, que no se informa a la sociedad.

Convicciones

A decir de Axel Didriksson, el gobierno decidió de manera “unilateral” desarrollar proyectos educativos con la OCDE, para aplicar el programa de competencias laborales de carácter reduccionista y economicista, y no trabajar en los planes de la UNESCO enfocados a la atención de los “marginalizados”, considerados como “los excluidos de los excluidos”, pese a haber suscrito los acuerdos de este organismo de Naciones Unidas.

E interpreta el retiro de Homero Aridjis como embajador ante la UNESCO en París, Francia (Proceso 1733 y 1734), como un paso más en el debilitamiento de la presencia de México ante este organismo. Coordinador también de la cátedra UNESCO “Universidad e Integración Regional”, el investigador indica que transferir las funciones al embajador de México ante Francia limitará extremadamente el trabajo, porque las agendas con la organización van desde la educación, la ciencia y la cultura hasta el patrimonio cultural. Y hay reuniones en cinco direcciones, que son: educación, educación superior, ciencia y tecnología, cultura y patrimonio histórico.

No acepta que se trate de un ahorro en sueldos y gastos de operación, como argumentó el subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la cancillería, Juan Manuel Gómez Robledo (Proceso 1736); lo ve como un hecho “que esconde una decisión en la cual, en la práctica, México ha reducido su presencia y no le interesa plantearse como política prioritaria atender a los más pobres, a los excluidos, y poner en el centro de la agenda educativa las recomendaciones de la UNESCO.

“Por el contrario, sí le interesa asumir la agenda planteada por la OCDE, que busca hacer reformas curriculares para preparar técnicos para las maquilas, estudiantes de media superior en todas sus modalidades sobre la base de competencias económicas, para que sepan cómo hacerle pero no pensar en el qué.”

Indica que alejarse de la UNESCO, cuando en la OCDE no se incluyen conceptos como conciencia mundial a favor de la paz, educación para la democracia o para la incorporación de los excluidos, es una decisión de graves consecuencias no sólo para quienes, como él, trabajan con el organismo, sino para la puesta en marcha de políticas que incidan en el mejoramiento de las condiciones educativas de la mayoría de la población.

Entrevistado en abril de 2009, el entonces subsecretario de Educación Pública, Miguel Székely, negó que la RIEMS fuera el resultado de lineamientos dictados por la OCDE. Al respecto, Didriksson explica que ni esta instancia ni la UNESCO establecen mandatos, sino recomendaciones. Y en el caso de la OCDE, la SEP tiene acuerdos y corresponsabilidades:

“Aquí no hay ninguna imposición. Aquí, el gobierno mexicano cree que las competencias, que un país de maquila, que un país militarizado, donde los jóvenes que no tienen todas las oportunidades para educarse deben estar y seguir así. Es una convicción, y suscribe con el organismo que más le conviene, que más favorable es a sus propias ideologías e intereses, y no con la UNESCO que, obviamente, choca con las políticas que se están llevando a cabo en México. Porque la UNESCO está promoviendo e impulsando la idea de que los gobiernos deben crear fondos especiales para subsanar las enormes deficiencias e inequidades que existen también en México (cita el informe sobre educación recién presentado por la UNESCO, Reaching the marginalized).”

Con dinero baila el perro

En una conferencia titulada “Los retos de la educación superior en México”, Mónica Porres Hernández, profesora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, comentó a finales de 2006 que en marzo de ese año México aceptó 240 millones de dólares del Banco Mundial para trabajar en la SEP en programas y planes de estudios basados en el régimen de competencias. Este compromiso hizo que en la campaña electoral por la presidencia en ese año, los candidatos evitaran hablar de la educación, pues los objetivos y metas ya estaban trazados por el BM.

Ciertamente, en diciembre de 2005 el BM informó en un comunicado de prensa la aprobación de tres préstamos por un total de 420 millones de dólares para que México mejorase “la calidad de las escuelas primarias públicas” y ampliara “el acceso a la educación terciaria”. De esa cantidad se destinaban 240 millones al proyecto en apoyo al Programa Escuelas de Calidad. En el sitio en internet del BM ha desaparecido el vínculo que daba mayor información de ese proyecto.

Didriksson pone énfasis en que los recursos del Banco Mundial no son “a fondo perdido”, sino préstamos que se deben pagar y que implican lineamientos para que “se inviertan y desarrollen en lo que el BM dice” o la OCDE o el propio gobierno, porque –insiste– en este caso hay coincidencia con estos organismos, no con la UNESCO.

En ello coincide el profesor Vargas, para quien la reforma educativa es resultado de ciertas ideas generales dadas por la OCDE pero es “el grupo tecnocrático” en el poder el que quiere llevar a cabo esta educación que, “como decía Marcuse, es unidimensional, sólo está pensando en las necesidades inmediatas y está alienado, sólo tiene conjunción en la producción, distribución e intercambio de mercancías”.

Inscribe el modelo en un proyecto más amplio de desmantelamiento del Estado benefactor impulsado desde la llegada de Miguel de la Madrid al gobierno, y en el cual se está apoyando la idea de un país “subordinado a las grandes empresas transnacionales”, y por ello no se comprometen en el desarrollo científico, humanístico o filosófico.

Ni a Vargas ni a José Alfredo Torres les causa sorpresa que los políticos no se comprometieran en proyectos educativos. De hecho, agrega Vargas, otro elemento en contra del sistema educativo nacional es que está controlado por “un sistema político sindical”, en el cual el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), dirigido por Elba Esther Gordillo, “comparte” con la SEP la calificación de los profesores:

“Este punto es clave porque el sindicato tiene en sus manos la admisión y promoción de los profesores, no ocurre como en algunas universidades que se crea una comisión dictaminadora independiente. Por eso la UNAM y la UAM son universidades muy desarrolladas. Ahí no tiene influencia Elba Esther.”

La relación entre la SEP y el SNTE fue señalada también por el relator Vernor Muñoz, quien consideró que se trata de una “simbiosis atípica” que si bien tiene una “explicación histórica”, desde el punto de vista de las obligaciones en torno al derecho a la educación es el Estado el responsable, a través de la SEP, por lo cual esta “mixtura” habla de “una subordinación recíproca de funciones atípicas en cada una de las partes, que agrega una gran complejidad al panorama educativo”.

Para Torres y Vargas es claro que el paradigma educativo no sólo debe ser integral y comprender, además de los aspectos técnicos, elementos humanistas; debe recuperar las tradiciones que pensadores como Gabino Barreda, Justo Sierra o José Vasconcelos recogieron en sus proyectos al vincular la educación con la identidad, el progreso moral y económico, las tradiciones y la historia.

Similar idea expresó el exrector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, al advertir sobre los efectos de la globalización en la educación superior, en octubre de 2000:

“Educar es formar seres humanos libres, sensibles, autónomos, críticos y creativos, aptos para el ejercicio de la democracia y para enriquecer la tradición cultural en la que están inmersos. Si la educación es un bien público no puede estar sujeta a las leyes del mercado.”

Durante su participación en el coloquio interinstitucional sobre la Enseñanza de la Filosofía en el Nivel Medio Superior “La enseñanza de la filosofía de cara a las reformas institucionales”, realizado del 17 al 19 de febrero en la Casa Universitaria del Libro, Didriksson hizo ver que la lucha por las materias de filosofía es en el fondo una lucha en materia educativa; un debate sobre el papel de la educación, el futuro de las generaciones, el tipo de ciudadanía y el proyecto de país que queremos.

Por lo tanto no puede haber una reforma parcializada, y la sociedad debe participar en su discusión: padres de familia, empresarios, profesores, investigadores, políticos, “todos”. Debe ser un debate nacional.

Entonces enciende una alerta:

“Ya tenemos generaciones perdidas, los famosos ninis (ni trabajo ni estudio) o los jóvenes que están en la pobreza, en la ignorancia, y están nutriendo por miles las bandas de delincuentes. Las narcomantas expresan con mucha claridad la exclusión educativa, ¡todas tienen faltas de ortografía! ¡Las hacen jóvenes!”

Y tras lamentar que el sistema educativo esté copado “entre las redes del SNTE y Alonso Lujambio (titular de la SEP), que quiere ser presidente, entre El Yunque y la SNTE, ¡tremendos educadores que tenemos!”, plantea que a quienes sí interesa la educación en México propongan desarrollar una visión más integral y de conjunto del sistema educativo nacional y:

“Que nos salgamos inmediatamente de la OCDE. ¿Qué hacemos ahí ocupando los últimos lugares con Turquía? Restablezcamos la vinculación con la UNESCO.”

El texto original fué tomado de aquí.