Estudiantes de secundaria y cadetes se desmayan en ceremonia a la Bandera

La jornada
Jueves 25 de febrero de 2010, p. 37
Foto Francisco Olvera
Claudia Herrera y Jesús Aranda

Ajeno a lo que ocurría, Calderón llamaba a la unidad

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El presidente Felipe Calderón, acompañado por los secretarios de la Defensa, Guillermo Galván, y de Gobernación, Fernando Gómez Mont, durante el festejo por el Día de la Bandera

Mientras el presidente Felipe Calderón y representantes de los otros poderes de la Unión dedicaban sus discursos a recordar el Día de la Bandera, al menos 12 estudiantes de secundaria y cadetes se desvanecieron o fueron atendidos por problemas de insolación.

Durante la hora y 20 minutos que duró la ceremonia, una brigada de cuatro militares permanecía atenta a supervisar si entre los cientos de asistentes había personas que se sintieran mal, y después corría con una camilla de madera para atenderlos.

Protegidos del sol por el techo del graderío del Campo Marte, los presidentes del Senado, el perredista Carlos Navarrete; de la Cámara de Diputados, el panista Francisco Ramírez Acuña, y el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia, leían sus alocuciones, ajenos a lo que ocurría en la explanada.

A unos 40 metros de distancia estaban formados cientos de elementos de la Policía Militar,  Paracaidistas, Fuerzas Especiales, cadetes de los planteles navales y del Ejército, así como alumnos de las secundarias del Distrito Federal; algunos comenzaban a sentir los estragos de la espera bajo los rayos del sol.

Cuando empezó la ceremonia, los militares llevaban más de dos horas horas formados, ya que habían llegado desde las seis de la mañana; los alumnos tenían hora y media formados. La primera en ser auxiliada fue una mujer de la Escuela Médico Militar.

Durante su discurso, Calderón Hinojosa explicó con amplitud el significado de los colores de la Bandera. El rojo es la sangre derramada por los héroes; el blanco es la paz conquistada y la que queremos conquistar, que nos obliga y anhelamos, y el verde es la esperanza, representa el provenir de México.

Remató su discurso con un llamado a la unidad, porque así México prevalecerá siempre sobre la adversidad, los retos y los enemigos. Insistió en que la Bandera debe motivarnos a saber anteponer y distinguir el interés supremo de la nación por encima de cualquiera de orden particular, por legítimo que sea.

En ese momento, varios asistentes habían sido trasladados detrás de las gradas, fuera de la vista del templete, donde eran atendidos por la brigada militar que les entregaba un sandwich y agua.

Todavía se interpretó la pieza musical Mi Patria, se incineró una bandera y Calderón tomó protesta y abanderó al tercer Batallón de Policía Militar y a una escuela secundaria, mientras alrededor del campo otras escoltas recibían el lábaro patrio.
Al final se rindieron honores al Presidente y aviones Pilatus de la Fuerza Aérea hicieron una demostración, ya que a su paso por el Campo Marte emitieron humo verde blanco y rojo en homenaje a la Bandera

Atrás de las gradas donde fue ubicada la prensa seguían siendo atendidos siete estudiantes de secundaria, tres cadetes (dos mujeres y un hombre) y dos civiles.

El texto original fué tomado de aquí.

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